TRES LABRAS HERÁLDICAS EN SAN JOSÉ DE CAMPOLONGO
La céntrica plaza de San José, en Pontevedra, recibe su nombre de la desaparecida capilla dedicada a este santo, emplazada en la esquina donde hoy se levanta el Centro Sociocultural Abanca, inaugurado en 1947 como dependencias de la entonces Caja de Ahorros de Pontevedra. El hecho de no conservarse al presente esta construcción religiosa ha restado sentido al propio nombre de la plaza, que el magín popular ha rebautizado como “plaza de los músicos”, en alusión al grupo escultórico de los tertulianos del Café Moderno pese a que, en realidad, el único músico representado aquí sea el violinista Manolo Quiroga, acompañado por literatos de diversas épocas, entre los que se cuentan Alfonso R. Castelao, Alexandre Bóveda, Carlos Casares, Paz Andrade y Ramón Cabanillas. Fenómeno similar ocurrió después de la demolición de la antigua ermita de Nuestra Señora del Camino, en la calle Fr. Juan de Navarrete, que también sustrajo el significado a la presencia de un vial bastante cercano con el mismo nombre que la ermita, pese a estar hoy día bastante alejado de la actual iglesia parroquial de esta advocación, en la cuesta de Casimiro Gómez. También la iglesia parroquial de San José de Pontevedra, en la plaza de la Constitución, queda algo a desmano de aquella no muy estudiada capilla de San José de Campolongo.
Algunas imágenes nos permiten conocer el aspecto exterior de este inmueble, cuya fachada barroca presentaba como elemento principal la puerta de acceso, dotada de frontón partido, en medio del cual se incrustaba la hornacina con la imagen del santo patrono, rodeada por tres labras heráldicas, dos pequeñas a los lados y una más grande encima, terminada con un yelmo y su penacho, sobre la cual se destacaba una pequeña espadaña con forma en arco de herradura y una única campanilla en su interior. Aunque desconocemos el paradero de los tres escudos a que hacemos referencia, sí tenemos noticia de su aspecto de forma más pormenorizada gracias a un dibujo de tinta negra sobre papel conservado en el Museo de Pontevedra y datado hacia el año 1909, que seguramente debemos atribuir a alguno de los plumillas de la Sociedad Arqueológica. Una anotación en dicho pliego de papel aclara que se trata de un bosquejo basado en los blasones “Sobre la Capilla de San José frente fachada de los Paratchas”. El más grande muestra un escudo cortado; en la mitad superior aparece una Tau rodeada por cuatro filamentos curvados, mientras que en la inferior hay cinco hojas trilobuladas colocadas en sotuer y, en campaña, un puente con cuatro pilares. Aunque no se conocen los esmaltes, resulta sencillo identificar estas armas, correspondientes a un conocido compendio de linajes locales: los Gago (la Tau), los Figueroa (las cinco hojas) y los Daponte (el puente). Por cierto que al reconocer los apellidos titulares de este escudo, también queda claro qué quiso representar el artista con esos cuatro filamentos curvados, a saber, los cinco crecientes de oro, tres en jefe ranversados y otros dos a cada lado del pie de la Tau, igual que muestran otros escudos de esta familia en Pontevedra.
En cuanto a los dos escudos menores, gemelos, también cortados, traen en la parte superior la “M” coronada de los Montenegro, con la particularidad de que la corona, en lugar de formar parte de los muebles del escudo se incorpora como timbre del mismo. La parte inferior difiere de una a otra labra. La de la izquierda está partida, figurando a la diestra las armas de los Mendoza, consistentes en cuartelado en aspa, primero y cuarto, en campo de sinople una banda de gules perfilada de oro. La falta de detalle en el dibujo erradica todo vestigio de la salutación “Ave María” en los cuarteles segundo y tercero. A la siniestra campean las armas de los Cruu, con un árbol resaltado de dos corderos en palo, si bien, una vez más, por la falta de pericia del dibujante o su carencia de conocimientos heráldicos, aquí sólo se muestra un único cordero. Por su parte, el escudo ubicado a la derecha del nicho con la talla de San José incluye, también partido, a la diestra las armas de los Sotomayor (a saber, tres fajas jaqueladas de gules y oro de cuatro órdenes, separadas dos a dos por un filete de sable) y, a la siniestra, las de los Sarmiento (en campo de gules, trece bezantes de oro colocados en tres palos, cuatro, cinco y cuatro). Por su descripción, no coinciden con ninguno de los escudos depositados en la colección lapidaria de las ruinas de Santo Domingo.
Teniendo en cuenta los linajes representados, Gago de Figueroa, Daponte, Cru-Montenegro, Mendoza, Sarmiento y Sotomayor, las armas deben pertenecer a alguno de los hijos de D. Antonio Gago de Figueroa Cervela y Novoa y de D.ª Mariana de Mendoza y Sotomayor. No en vano, junto a esta capilla se levantaba la Torre de los Gago, hoy desaparecida en su mayor parte, de la cual se conserva parte de la fachada, mientras que el resto del edificio fue desmantelado para edificar aquí el Café Moderno. Descendientes de esta misma familia habitarían en el pazo de Gago-Tavares, en la céntrica plaza del Teucro, así como en el latrocinado pazo de los Montenegro en Campolongo, hoy en Madrid, lo que explica que en estos tres edificios palaciegos se hayan insertado escudos similares a los que adornaron la fachada de la capilla de San José de Campolongo. La presencia de estos tres escudos de los Gago de Mendoza parece indicar que la capilla hubo de ser dotada, seguramente, por esta familia, al igual que los blasones de los Villar, Mosquera, Pimentel y Sotomayor jalonan la portada de la antigua capilla del ex convento de los jesuitas (hoy iglesia parroquial de San Bartolomé de Pontevedra) en honor de los fundadores de la misma, el matrimonio conformado por D. Antonio Mosquera Villar Pimentel y su esposa, D.ª María Antonia Pimentel de Sotomayor.
Alfonso Fernández Pousada